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Mostrando las entradas de marzo, 2022

El abismo creciente

 Mi generación puede recordar que, en la quinta década del siglo XX, a pocos años del derrumbe nazi, el exterminio de los judíos europeos era silencioso. Solo un saber taciturno y acotado, una lectura insistente, pero privada, entre desconcertados judíos sobre una memoria imposible.  Algunas novelas, pocos diarios o ensayos balbuceaban el tema, films como “Hiroshima mon amour” desviaban el desastre de la guerra hacia el sufrimiento de una colaboracionista francesa y una víctima japonesa, y el mismo director, Alain Resnais, en su documental “Noche y niebla”, desplegaba un discurso genérico sobre los campos; a su vez los films soviéticos enfatizaban “La Gran Guerra Patria” y eludían las víctimas específicas, y los de Wadja incluso tenían sesgos antisemitas. En los años sesenta, aumentó la información, el juicio a Eichmann hizo del genocidio un asunto nacional originario,  se conoció la investigación maestra de Raúl Hilberg, se difundieron los primeros textos de Primo Levy y  en los “70”

La Imaginación y la Guerra

         León Tolstoi, el magistral autor de “Guerra y Paz”, bordaba las minuciosas escenas evitando los alardes épicos. Sostuvo que los aciertos tácticos o estratégicos eran imaginarios, comentarios calenturientos que explicaban los triunfos y las derrotas que nadie podría advertir mientras ocurrían. La imaginación épica, podríamos concluir de su escepticismo, están al final y al comienzo de toda gesta. El sol y la muerte no se pueden mirar de frente, y se precisa acumular una pomada de fantasías grandiosas para tonificar “la cólera de Aquiles”. Años antes, quizás desde una ocurrencia similar, Mark Twain, que ya había hecho una crónica picaresca de su entrada en la solemne guerra civil norteamericana, confeccionó el relato de un alto oficial condecorado muchas veces por sus olvidos, defectos y felices desaciertos para el prestigioso azar bélico.  Esta sorna lúcida, consciente del miedo y la irracionalidad castrense, no era común entre aquellos fervientes lectores contemporáneos de “La