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Mostrando las entradas de marzo, 2023

La locura y el poder : los hechizos delirantes, el contagio colectivo y la serpiente negra

          En un estudio que hoy es menos sorprendente, “La locura y el poder”, Vivian Green intentó unir en un mismo desvarío las perturbaciones de Caligula y los tiranos del siglo XX. La inestabilidad psíquica fue definida por el autor como una enfermedad general, trastorno maldito adosado a la voluntad de poder. Pese a lo reiterado del anatema, cabe diferenciar matices en esa extraña sociedad de los dictadores. Muchos de ellos, como Nerón o Heliogábalo, han quedado marcados por los desafueros de la leyenda antigua, otros, como Juan sin Tierra, por imprevistas legislaciones avanzadas, algunos, como Pedro El Grande o Iván el Terrible, por una voluntad inseparable de la génesis del estado.   El cruce de acontecimientos mentales e institucionales complica la discriminación de los ámbitos, es preciso instrumentarla. el emperador que unificó China es el mismo que procuraba la inmortalidad, y construyó un imperio subterráneo de terracota para ejercerla. Política y delirio suele

La reforma desde "Rashomon"

    La aguda observación de que el espacio del arte no tiene historia, ni causas o relaciones lineales, sucede también en el séptimo arte. La más tardía, socializada, tecnológica, reproductiva y planificada de las disciplinas creativas, recibe de la estética el mismo régimen excepcional. Una lejanía propia, un cosmos, un aura inexorable que se posa en el fenómeno cinematográfico igual que sigue ornando los clásicos del óleo, el sonido o la letra.     En algunas obras, el aislamiento cronológico del film, trabajado de vacíos e incertidumbres sin contexto, nos dona alguna captación histórica, un resplandor, un organismo vivo que atraviesa el tiempo cinematográfico. La sugerencia conmueve, ilumina el ámbito cotidiano, y destila la narración como una música. Esta reflexión proviene de haber visto otra vez “Rashomón”, la hipnótica película filmada por Akira Kurosawa en 1950, cuyo sentido sigue goteando imperturbable. El “aura” de “Rashomon” emerge como un arcoíris, en la justa distancia del