La mayoría de mi serie consideraba la próxima etapa desde una contradictoria proyección hacia lo desconocido. Nadie puede imaginar una forma o un esquema que no ha experimentado antes. La realidad es un código y solamente vemos lo que somos, y esa etapa todavía no estaba registrada numéricamente. Apenas esbozaba el cálculo contradictorio de un estallido vago, progresivo y lento. La forjada rectitud nuestra lo aceptaba, incluso lo postulaba, como un productivo temple mayor de nuestra formación, pero nos anonadaba su impalpable grandiosidad. Indefinido, ineludible, inminente, inescrutable, imposible. Los prefijos descendían magnéticamente, pero todos apuntaban a un fenómeno muy “extraño y desafiante”. Inducían ese carácter algunos códigos y señales de estaciones anteriores. En una de ellas, durante el detallado repaso del archivo de citas y aforismos, el invariable supervisor esbozó una sonrisa de inédita malignidad al destacar una salida humorística ...
“ Tal vez la historia no sea más que la diversa entonación de unas pocas metáforas ” La esfera de Pascal, J.L.Borges