Cabe recordar que, después del oleaje último de epidemias y desastres climáticos, fueron abandonadas muchas investigaciones, se entorpeció la estadística de secuelas raras, y cesó el comentario de los trastornos indefinibles; no eran biológicos, ni mentales, ni físicos. La vaguedad de los síntomas fue clasificada como “Brain Fog”. Las rarezas terminaron sumadas a la rutina, o fueron obviadas como simples cambios del tiempo. No obstante, hubo mucha gente sencilla que los siguió padeciendo secretamente. Por la vergüenza o el miedo, o la negación defensiva a lo desconocido, esos percances de “foggys” casi no tuvieron relato. Como estas tormentosas neblinas eran contemporáneas a las disoluciones ideológicas y las teorías extremistas y conspirativas, un magma mental confuso erupcionaba la vida cotidiana. Algunas teorías esotéricas barajaban la presencia de poderes oscuros. Desconozco el origen de una insólita crónica que transcribo sobre dos habitantes italian...
“ Tal vez la historia no sea más que la diversa entonación de unas pocas metáforas ” La esfera de Pascal, J.L.Borges