El reciente premio nobel de economía fue otorgado a dos investigadores que, contra las tendencias numéricas y financieras de las ultimas décadas, enfatizaron el papel decisivo de las instituciones y del sistema de creencias regional. La distancia antropológica del frenesí económico, esa prudencia con la heterogénea realidad, aumenta también el espacio de la reflexión histórica y cultural. Nada más oportuno en esta época de aventureros económicos, filibusteros políticos, impostores avezados en la desinformación, que nadan teóricamente en los vacíos del corrompido espectro público. En este cuarto del nuevo siglo queda claro que la anhelada globalización tuvo una expresión más geográfica que humanista, y ha logrado que todos se parezcan en pretenderse diferentes. Uno de sus efectos fue tribalizar las sociedades, pero reduciendo también los valores colectivos. La aldea global profetizada se ajustó con mala fortuna al aforismo “pueblo chico infierno grande”. Lo cierto es que la...
“ Tal vez la historia no sea más que la diversa entonación de unas pocas metáforas ” La esfera de Pascal, J.L.Borges