Los vendavales informativos actuales tienen la iluminación sobresaltada de un caleidoscopio, y su misma futilidad. La pretensión noticiera de ordenar desde el interior del cuerpo hasta el espacio cósmico, desde el espejismo de la farándula hasta vislumbres metafísicos, suelen derivar en una indigesta y rancia fritura. En ese plato, se adelantan asombros huecos, nombres alejados de los hechos, y los conceptos se dispersan sin anclarse. Dicha materia sostiene el pensamiento. No somos solamente polvo de estrellas, también polvo de algoritmos y semillas electrónicas. Las jóvenes generaciones maman con fruición esa estupidez luminosa, que nadie puede detener. La inanición mental no es el menor riesgo entre los muchos que acechan la especie, pero si el más encubierto por la comida rápida digital. Los derrotados glaciares, bosques y mares moribundos avisan la catástrofe ecológica, la migración hacia las metrópolis centrales resulta el tangible testimonio de la disfunción económica,
“ Tal vez la historia no sea más que la diversa entonación de unas pocas metáforas ” La esfera de Pascal, J.L.Borges