La inminencia de lenguajes generados por inteligencia artificial erosiona con una sombra de duda los lenguajes naturales, que son, según Román Jacobson, los que siempre apoyaron la imaginación y la invención humana. Esa inquietud podría crecer en la literatura, depositaria preferida de los encantos y misterios de la lengua natural. La historia literaria de siglos fue otorgando al lenguaje un carácter sagrado, particularmente enfático en los clásicos, pero siempre impulsado por la deslumbrante distinción de la creatividad humana. La idea, ya probada, de gestar textos con una nueva y desconocida inteligencia digital, estremece la sensibilidad estética que nutre la cultura verbal. Ese gran arcón guarda también los diversos tipos de silencio, las imposibilidades y dispositivos donde se originó el lenguaje, y nació y vive la escritura. La homogeneidad humana guarda sus sentidos y los trasmite. Por cierto, la pluma de Víctor Hugo o Poe, cuya tinta recibía el sanguíneo impulso de...
“ Tal vez la historia no sea más que la diversa entonación de unas pocas metáforas ” La esfera de Pascal, J.L.Borges